Cuando los especialistas en medios querian explicarle a sus patrones de los grandes medios cual era su trabajo, solian usar un truco, una frase: la percepcion vende el producto. Lo que decian era, simplemente, que su trabajo era darle a cada cliente una vision de un producto determinado -autos, televisores, motos, lo que fuera- que permitiera tentarlo y hacerle ahorrar para comprarlo.
En otros casos, se usaba la publicidad en sentido contrario, para difamar rivales haciendo creer a los clientes que tal o cual marca no era tan buena como decia y, con esa publicidad negativa, se apagaba el deseo ajeno.
Por supuesto, como existen visiones teledirigidas por la publicidad, tambien existen percepciones populares nacidas vaya saberse donde que se imponen de la nada. Por ejemplo, la idea -¡ridicula!- que que la comida gourmet era un privilegio que solo los ricos y famosos podian probar, que los empleados comunes, todos esos hombres y mujeres que deben trabajar de lunes a lunes para llegar a fin de mes, no podian darse esos lujos.
Esas ideas, por supuesto, eran mitos urbanos que alguien habia echado a rodar y que mucha gente, lamentablemente, habia comprado, porque las delicatessen gourmet no eran ni son ni seran un producto para minorias, los productos gourmet son algo que todo el mundo puede comprar.
Para cambiar la mentalidad existente con su ejemplo, Casatraba inauguro su tienda de delicatessen gourmet hace más de catorce años consiguiendo, en poco tiempo, armar una gran clientela que comenzo a difundir las buenas nuevas.
Esas buenas nuevas eran simples: las conservas delicatessen gourmet son buenas, ricas y baratas y existe un lugar donde puede comprarse todo lo que uno quiere y mucho mas, productos de los que nunca oyo pero que, seguramente, le gustaran.
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